El marketplace puede contener productos variados o destinarse a un segmento específico, como electrónicos, literatura y vestuario.
En general, este modelo se estructura en tres pilares:
- Plataforma.
- Vendedores.
- Clientes.
La plataforma sirve como puente para las transacciones y tiene dos niveles de acceso: uno para los comerciantes y otro para los clientes.
Los vendedores son como asociados que ofrecen sus servicios en la plataforma, donde organizan sus productos, paquetes y ofertas.
También son responsables por las informaciones referentes a los productos y tiendas, y de mantener la eficiencia del flujo de ventas.
El vendedor es capaz de identificar las tendencias o actividades que llevan a los clientes hacia sus productos, invirtiendo cada vez más en soluciones eficaces.
El operador de la plataforma de marketplace es el responsable por gestionar los accesos y las transacciones. Así como de las acciones estratégicas que van a promover el flujo e impulsar las ventas en su página web.
Una buena plataforma debe tener navegabilidad y usabilidad fáciles, además de ser intuitiva tanto para los vendedores como para los compradores.
También debe tener métodos fáciles para elegir y pagar los productos, facilitando la interacción y las posibilidades de compra.
Otro elemento importante son los canales de divulgación. Invertir en anuncios, blogs, videos, email marketing, entre otras estrategias para promocionar el negocio es una excelente idea.
El gestor debe estudiar a su público, entender el segmento y evaluar las acciones capaces de atraer a los consumidores e impulsar las ventas. Debe considerar también las que le permiten fidelizar clientes.
Las métricas y el monitoreo contribuyen para evaluar los resultados y perfeccionar las estrategias.
Hacer de la calidad una prioridad es lo que construye la buena reputación del marketplace, confiriéndole autoridad y credibilidad al negocio y transformándolo en un referente.
Mercado Libre, Ebay y Amazon son ejemplos de marketplace de éxito muy conocidos.